Clorito de Sodio en la Industria Cervecera
Desodorización y control microbiológico sin afectar el sabor de la cerveza
El Clorito de Sodio al 30%, comercializado por Laboratorios Ladco S.A., es un precursor de dióxido de cloro (ClO₂), un agente oxidante altamente eficaz. En la industria cervecera se utiliza principalmente para la desinfección de equipos, tratamiento de agua y control de olores, sin generar subproductos que alteren el aroma o sabor de la cerveza.
¿Por qué se utiliza en cervecerías?
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Elimina bacterias lácticas y levaduras contaminantes.
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Oxida biofilms y residuos orgánicos en tanques y tuberías.
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Controla olores en aguas residuales y efluentes.
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Es más estable y selectivo que el cloro convencional.
Reduce la formación de cloraminas y compuestos que alteran la calidad sensorial de la cerveza.
Usos en pequeñas producciones y cervecerías artesanales
En microcervecerías, brewpubs y fábricas artesanales el clorito de sodio se convierte en una herramienta clave porque:
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Evita la compra de sistemas CIP complejos: se puede preparar solución de dióxido de cloro en pequeñas cantidades y aplicarla manualmente con pulverizadores, baldes o bombas portátiles.
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Desinfección de fermentadores pequeños y tanques de maduración: basta con preparar soluciones de 20–50 ppm de dióxido de cloro y rociar las paredes internas después del lavado alcalino.
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Limpieza de mangueras y conexiones: sumergirlas en solución al 50–100 ppm durante 15 minutos y enjuagar antes de reutilizar.
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Higienización de botellas, latas y tapones: inmersión en solución de 20 ppm antes del llenado, asegurando baja carga microbiana sin modificar el sabor.
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Tratamiento de agua local: en pequeñas plantas que no cuentan con filtración avanzada, la dosificación de 0,2–0,3 ppm de ClO₂ asegura que el agua cumpla con estándares microbiológicos.
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Control de olores en desagües y drenajes: aplicación directa de solución al 0,1–0,2% en rejillas y canales de piso reduce olores y microorganismos.
Ventajas para el cervecero artesanal
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Bajo costo por litro de solución desinfectante.
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Preparación sencilla en sitio, ajustando la concentración según necesidad.
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Compatible con el uso de pulverizadores manuales y equipos pequeños.
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Menor riesgo de sabores residuales que con otros sanitizantes clorados.
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Aplicaciones principales
1. Tratamiento de agua de proceso
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Objetivo: garantizar agua libre de microorganismos y olores.
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Dosificación: 0,2 – 0,5 ppm de ClO₂ generado a partir de clorito de sodio.
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Método: dosificación en línea al tanque de agua de proceso.
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Control: medir residual de ClO₂ (0,1 – 0,5 ppm).
2. Limpieza CIP (Clean in Place)
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Objetivo: desinfección de fermentadores, tuberías y equipos.
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Solución: dióxido de cloro a 50–100 ppm.
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Aplicación: recirculación 15–20 minutos al finalizar la limpieza alcalina.
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Enjuague: con agua potable.
3. Llenadoras y equipos de envasado
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Objetivo: protección de zonas críticas de contacto con cerveza terminada.
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Solución: 20–50 ppm de dióxido de cloro.
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Aplicación: pulverización o recirculación en piezas desmontadas.
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Frecuencia: diariamente, al terminar la producción.
4. Control de olores en aguas residuales
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Objetivo: reducir olores en efluentes con carga orgánica.
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Dosificación: 1–3 L de clorito de sodio al 30% por cada 1.000 L de efluente.
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Aplicación: dosificación en cámara de ecualización o tanque de retención.
Seguridad de uso
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Usar guantes, gafas y ropa de protección.
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Generar ClO₂ en áreas ventiladas y bajo control.
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No mezclar con ácidos fuera de sistemas específicos.
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Cumplir normativa local de inocuidad alimentaria.
Presentaciones
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Bidones plásticos.
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Tambores de 200 L.
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IBC de 1.000 L.
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